Mujer de fuera,
mujer de aquí,
tiene tu razón en mi
el sentir del corazón,
cariño y admiración,
amores en querubín;
Y es que en cuanto
compete a ti,
nuestra Patria se enaltece,
si leemos los reveses
que se usó contra tu honor,
hoy proclamo, portavoz,
alzando bien esta copa,
brindando por la Trinidad,
esa, la Sánchez inmolada,
Manuela Díez,
Rosa Duarte,
Baltazara, acrisolada,
y la Juana Saltitopa;
Las hermanas Mirabal,
lágrimas de nuestros ojos,
que aún nos llenan de sonrojo
por la saña que dolió;
la que parió rebeldía,
la cara, la valentía,
que inspiró la cobardía
que mató a Mamá Tingó...
Minerva, Patria, María
Teresa y Dedé,
eran mujeres hermosas,
¡oh volaron, mariposas!
símbolos de aquel revés;
resistentes al dolor,
se deshojan como rosas
y corren tras el amor;
Sin ser día de San Juan,
ya van cuatro mariposas,
se alzaron dejando notas
de colores, libertad;
tres que parten a destiempo
impulsadas por maldad,
y la que siguió detrás
nos dejó la impronta eterna,
el camino, el relato y la verdad,
cumpliendo así con su rol
y su mensaje de paz...
También a ti,
te veo en el más allá,
mamá,
lugar donde tú inspirada
dejaste en mi nieta amada
el brillo de tu sonrisa,
el cariño y la ternura
con que te heredan mis hijas,
las que llenan escondrijos
de un otoño ya perenne,
me traen tus versos en cierne,
también besos con amor,
dulzuras que como flor
hechizan mi alma herida,
sin evitar que te llore
y que mi vida se aflija...