Si cambiamos esta chercha cibernética, soez en ocasiones, por las alboradas de ensueños, y si vuelvo a mirar entre el oscuro y el rayo de luz, de la furtiva estrella me haría dueño; al ausentarme raudo y veloz de la murga que corre y ríe, entonces sueño, escuchando voces de cascadas, manatíes, damas que de colores, engalanan más las flores en alegres despertar, cuando el sol llega a tocar esos pétalos de amores;
´´Pero que lindas se ven las mañanas, con su rayito de sol´´, se escucha así, lejano, el trovador y la alegría del Son, allá, en ´´La Taberneta´´, pisadas hondas que hojas, ya secas, nos recuerdan ´´El Caney´´, el bailar en tierra, la luz tenue del batey, las siluetas fascinantes de las negras; mientras mi pueblo celebra entre puya de lechón, humareda, sabor a ron, me enloquece el vacilón y el recuerdo de tu amor...
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