Soñé que me había marchado,
a mi sueño, el cual cumplí,
sintiendo el canto al arado,
la brisa en tejamanil,
me canta en agua el Coquí
y al igual me canta el gallo,
gallaretas y ciguayos,
me canta el barrancolí;
Siento cantos de sirenas
en aguas acantiladas
que me gritan, ¡estás aquí!,
coplas, plenas, marejadas,
donde baila la ballena
y también el manatí;
¡Patí, patí, patí!,
llamo a los patos así,
corren guineas y gansos
que quieren comer maíz;
vuelan alto las palomas,
puso huevos la gallina
y un gallo que se empecina
como un piquero y su loma,
se regodea, canta duro,
se lanza y pone en apuros
el corral de la vecina;
¡Cuantas frutas!,
hay lechosas, mandarinas,
sintiendo la sensación
de un dulce subliminal,
tu boca en melocotón,
me despierta,
me fascina,
con tus besos sin cesar;
Entonces noté que soñaba,
a mi lado tú no estabas
con la señal que me das;
no llegan redes allá,
decidiendo despertar
al ritmo de esos sonidos,
y ante mi nostalgia al ruido
me volví a la capital...
a mi sueño, el cual cumplí,
sintiendo el canto al arado,
la brisa en tejamanil,
me canta en agua el Coquí
y al igual me canta el gallo,
gallaretas y ciguayos,
me canta el barrancolí;
Siento cantos de sirenas
en aguas acantiladas
que me gritan, ¡estás aquí!,
coplas, plenas, marejadas,
donde baila la ballena
y también el manatí;
¡Patí, patí, patí!,
llamo a los patos así,
corren guineas y gansos
que quieren comer maíz;
vuelan alto las palomas,
puso huevos la gallina
y un gallo que se empecina
como un piquero y su loma,
se regodea, canta duro,
se lanza y pone en apuros
el corral de la vecina;
¡Cuantas frutas!,
hay lechosas, mandarinas,
sintiendo la sensación
de un dulce subliminal,
tu boca en melocotón,
me despierta,
me fascina,
con tus besos sin cesar;
Entonces noté que soñaba,
a mi lado tú no estabas
con la señal que me das;
no llegan redes allá,
decidiendo despertar
al ritmo de esos sonidos,
y ante mi nostalgia al ruido
me volví a la capital...
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