Llegaste a la vida, querida nieta, como cuando se vence la oscuridad y nos alumbra el nuevo sol; panacea de unión familiar, cariño filial que prosigue la vida; linda, rosada, de una estirpe que enamora y enaltece nuestro amor. ¡Te habla tu abuelo!, al que terminarás por conocer, quizás, en letras sueltas, inéditas, canciones, añoranzas de ternuras a tu madre, recuerdos del corazón...
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