lunes, 2 de septiembre de 2019

¡AÚN ASÍ, VOLVERÉ A BARAHONA!.

Viaje funesto que nos lleva a despedir las luces que una vez alumbraron nuestro firmamento enseñándonos la vida, cuando parecía detenerse el viento haciendo gracias mohosas a la ignorancia perdida; se van volando esos seres del entorno como mariposas cansadas, derretidas, queman el sol sus alas, dejan el alma marcada, llega la desilusión, mas, sigue corriendo la existencia, el perdón, la tierra sigue girando y sus hijos engendrando entre escándalo y maldad, se impone la sin piedad por los siglos de los siglos, mientras miro con sigilo peñascos  de mar callados, canoas piragüeñas parecen llegar al remo de Hatuey , Caonabo, y el Caribe sigue bravo al compás de la ciudad; nuevos ruidos, culturas vanas, pues no escucho en las mañanas herraduras de caballos, tampoco el cantar del gallo ni las tonadas del conuco y su cotidiano influjo; empero, mi vista alejo al horizonte después de la loma seca y el monte, sintiendo que no te has ido, que no era cierto el olvido y el espectro de tu embrujo, que aún estás hermosa, plena, que en noches de luna llena veo tu cuerpo hecho sirena, risa marina que invoca  deshojando tus claveles y aquella boca de rosa...

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