Pues despertar me señala
entre los que agregan un día
añejante;
añejante;
mas, ¡que interesante!,
sentir que la luz nos retrata
entre los vivos;
y es que si daño nos hace el vino,
no beberlo desespera,
nos incomodan barreras,
la sinuosidad,
el estero,
y vemos del mundo entero
éxito en las catapultas;
saltar es que nos repunta
hacia el verdadero ser,
el camino,
el placer,
del beso de amor siniestro,
ese calor que en su adentro
nos pide el agua y la sed...
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