sábado, 25 de mayo de 2013

PARODIANDO POR LAS MADRES... (II)

¡Oh madre Patria!,
¡Oh madre tierra!,
estandartes de hoy y siempre,
por la que pare,
por la que cría,
aquella que aunque no es mía,
me da ternura y comprende...

Esa madre que en la escuela,
supera diestra al maestro;
conoce ella tu tormento,
tus improntas y secuelas.

Aquella madre que abuela,
es toda Madre Teresa,
con dulzura de cuan fresa
te da abrigo y te consuela.

Van madres al hospital,
predican allì su aliento,
y madres que en los conventos
son rectitud y decoro,
 lo dan  todo por el todo
y buscan reivindicar,
confundiéndose entre el lodo
de aquella càrcel fatal.

No podemos soslayar,
aquellas ``madres de leche``,
negras esclavas perennes
en los tiempos medievales,
que alimentaban con creces
a los hijos de los ´´nobles´´,
futuros hombres de historia
que logran amamantar,
con su dulce panacea
de solemne voluntad.

Còmo no he de mencionar
esa madre ya ancianita,
que como la mía,
marchita,
entre el tormento de ayer,
ver a ese hijo crecer
entre el llano y los entuertos;
prefiero soñar que he muerto
y no que Dios me la quita...

martes, 14 de mayo de 2013

CUMPLEAÑOS DE LOS HIJOS: SIEMPRE MOTIVO DE GOZO...

Llovìa a càntaros cuando nacio Jocelys Fiordaliza Gòmez Nùñez (Shelly), la segunda hija de mi matrimonio con Fiordaliza Nùñez Hidalgo. Era un tiempo romàntico, en que las aguas hacían estragos en una ciudad de calles estrechas; aun para ellas no llegaban los cauces infraestructurales modernos, aunque ya estaba el ``Huacal``, y allì trabajaba arduamente, cuando las corbatitas y el teclado mecànico les daban prestigio al diligente padre de familia. Naciò mi hija, rosadita, engalanando el mes de las flores, allà, en la clìnica San Rafael de la av. Bolivar, y este padre orgulloso se cargaba de leche y pañales, entre la algarabía, el canto y la felicidad:

Ella fue el regalo a ultranza,
se celebraba en corrillos,
¡allà va ese jovencillo!,
y va lleno de esperanzas.

Decìa el mundillo entre tandas,
se habilitaban locales,
y crecìan las alabanzas
cuando ese mundo era bueno,
pues no existìa ese veneno
que hoy marchita la bonanza,
¡ya naciò mi floresita
entre cantos y atabales!;

Mas,
no existìan esos rituales
de este mercado de hoy,
aquì me encuentro y estoy
en situaciones postreras,
extraño aquellas lumbreras
de un trabajo tan honesto,
cuando el servicio era inhiesto
y la honradez era un templo...

Sigue lloviendo a raudales
en canales màs modernos,
y aunque aun sienta tan tierno
aquel, cuan mi dulce halago,
Dios me tendrà cada año
esa hija que yo quiero;
no importa ser ya postrero,
pues lloverà cada mayo...

martes, 7 de mayo de 2013

BARAHONA, UN PUEBLO QUE ENVEJECE Y RENACE...

Con poco màs de veinticuatro horas en mi pueblo azul, Santa Cruz de Barahona, me reencuentro en plena cabecera con sus solares yermos cortejando casitas que, desde su fundaciòn, se tornan inclinadas, desvencijadas y sujetas a sus horcones centenarios que reverencian al visitante con el discurrir de su tiempo. Las mansiones en madera, aùn erguidas, aunque lúgubres y añejas, nos hablan de amores perdidos en los sueños de la vida, y nos encontramos inmersos en un túnel bucòlico.

Al recorrer sus campos, observo el avance infraestructural de un Jaquimeyes que, de antaño, nos muestra su idiosincrasia de fe. Hombres laboriosos renegridos de sol, arena y sudor, y mujeres que llevan el encanto en su sonrisa cuando buscan con ansias alejarse de la cotidianidad que les ofrece perenne el Yaque, las guazimas y quenepas, como valores que añoran cuando entonces pierden.

La falta de brillo en sus hábitat se acrecienta en la medida que el terruño de agua y arena va remozándose con las acciones positivas de la comunidad y el Estado. Se ensombrecen, pero con ello nos tocan el corazòn y los sentidos; las alturas opacan los pequeños campanarios, pero, los mismos estàn allì, junto con los bohìos de tablas de palma, pintadas, y sus cocinas de tejamanil que nos dejan el tizne y olor a humo en noches furtivas de amor.

Descubrì en este viaje maravilloso, y nunca es tarde si bien intencionados somos, que mis huellas llegaron profundas, que, sin proponèrmelo ni ufanarme de una vida como agua en escorrentías  pude producir amor y con èste, involuntario resentimiento. Es casi siempre la ignorancia atrevida, y nunca està demás la prudencia que evita las sensibilidades insospechadas. Por eso, bienvenido el dolor por prudencia e ignorancia dentro de los caminos sinuosos a caballo lobo y fuera de control, como todo hombre de la vida. 

Pero en ese recorrido, por demàs exquisito y esperanzador, Jesùs me hablò: manifestò conocerme, destacando inclusive mis veleidades pasadas, pero ponderò con la gloria y la honra que le caracterizan, mi conciencia limpia, mi espontaneidad bien intencionada y prìstina, sin pretensiones, con quien màs necesita de mi afecto filial, amigos o desconocidos, pero, sobre todo, con mis congèneres. Por ello, prometiò Jesùs premiarme; dijo me pondrìa en el camino de volver a pisar esas huellas interesantes que hablan de consanguinidad, para resarcir heridas que ignoraba existen, y para que mi corazòn lata con la fuerza que siempre ha latido por la felicidad de mis hijos y nietos....

¡Me gustò ese viaje a mi natal Barahona, que envejece y renace en mi...!!!!.