miércoles, 9 de diciembre de 2020

¿JUSTICIA O PARAGUAS DE HIERRO?

 Así se expresó Napoleón Bonaparte cuando hizo su apreciación sobre la justicia, argumentando que ese gran paraguas guarecía a los delincuentes. Ignorantes e insensatos fuimos, me incluyo, observando absorto las palabras de colofón de un juez que, más que un magistrado jurídico, denotaba el romántico, poeta y hombre abocado al costumbrismo citadino de todos los tiempos. La sanción impuesta a la hermana del ex presidente, tiene un mensaje; diferenciarse en su accionar profesional a la falta de ética y caballerosidad que tuvo el Procurador General de la República del pasado gobierno contra una dama reconocida, sobre todo, por no estar ligada a ningún acto delincuencial ni haber calentado ningún banquillo endurecido de la justicia . Pero tendió la toalla el magistrado; todo juez, incluyendo el de coerción, debe hablar por sentencia, sin hacer mención de charlas pasadas, amigables si se quiere o se interpreta, con individuos inmersos en ese indeseable proceso judicial. Decir que a la larga el común de los dominicanos no entenderíamos la extensa retórica emitida por el Ministerio Público, es subestimar la inteligencia de nuestro pueblo. Pienso que, en lo adelante, el tecnicismo y burocracia legales que sigue el expediente, deben quedar cortos frente a lo que no necesita espejuelos para verse claro, cortos ante la ignominia y el rechazo al desafuero de los que mantienen la democracia como un vil ensayo, perenne, que nunca arranca porque no conviene a las insaciables reglas de juego que decapitaron la dictadura.