jueves, 10 de abril de 2025

¡LLORAR; NO CESAR!

 Tu alma, la mía,
se han de limpiar;
no es exquisito,
es paliar, entre lágrimas,
esa pena material que
nos sujeta contritos.

¡Lloremos!
Pues hasta Jesús lloró;
mas, imploremos mucho
a Dios misericordia y bondad;
amémonos más allá de la
misteriosa afrenta;
oremos, también sin cesar,
alejando las tormentas...

¡Paz!

viernes, 28 de marzo de 2025

JESÚS EN MI CORAZÓN (IV)

 Sólo imaginar tu rostro abatido de dolores, tu cuerpo, he de suponer, la inmensidad de un gran ser que, inmortal, no me permite llorar junto al rocío de las flores.

¿Eres tú, Jesús? ¿Quién se atribuyó el privilegio de ver tu cara sonriendo y luego exhibirte en cruz?

Ni fotos ni daguerrotipo confirman al hombre deidad; más bien fue la bondad, misterio y majestad que en los olivos del monte lloró; fue esa obra de misterio, con asidero de un cielo que nos presenta a Dios...

¡Perdónanos, maestro!

jueves, 20 de marzo de 2025

¡QUE PARADOJA, SUDIKSHA KONANKI!

 ¡Que paradoja! Querida Sudiksha, hermosa, que adoleces aún de los caminos de entuertos. ¿Habrán cerrado tu huerto y esa flor como un agravio? No estás; dejándonos el resabio de amores no consumados; ya no hacen fiestas los nardos adjuntos con las cayenas; aplaudían tu risa plena en el grosor de tus labios.

¿Acaso el mar bravío, soberano y soberbio apagó la luz del cielo? Sería la maledicencia terrestre y sus espectros agoreros a ultranza, pues son tus ojos luceros cuya luz son el anhelo que ilumina la esperanza.

¡Oh Dios! Regresa, Sudiksha, porque te espero...

domingo, 5 de enero de 2025

¡SÍ, POETA...!

 

Así me llamaste, hija;
no se sabe si fue la brisa
o tu condición rebelde;
peyorativo, quizás,
pues mis mimos son no
verte en una tristeza yerta;
es poesía, nada más que 
poesía que es lo que al 
ser sostiene, alimenta,
como afrenta, es mi porfía.

¡Ay del que no se refugia en
en ella!
La hostilidad desafía;
no hay dinero ni mejor canto
que contraste con la vida,
desde el amargo y el dulce,
sus gozos y sus heridas.

¡Hija! ¡Amada hija!
Déjame terminar la vida
en burbuja de recuerdos;
arrullado en tu sonrisa linda
tímida como la flor,
cuando sentía que tu amor
era mi néctar eterno...