jueves, 21 de agosto de 2025

CIUDAD QUE NACE Y MUERE A LA VEZ

 Es la vida misma, cuando la ciudad despierta, también muere, dejando estelas de ruido y humo; entonces se sumerge en los sueños, otra vida con movimientos desapercibidos por la conciencia.

Rayos de sol que, tímidos, alientan el trabajo, el ánimo, el café endulzado, el capullo de flor.

Ruidos tormentosos como campanadas del tiempo; ese medio día iracundo que anuncia una tarde noche de frustraciones y gozos, que esperan la oscuridad que a tientas y entre escondrijos de llanuras suntuosas o villorrios serpentinos, alcanzan besos melosos en los caminos.

Y vuelve a echarse la paloma, sigilosa, dando paso a los apuros; humanos que en sus murmullos y entre luces de cocuyos vuelven y caen en sus arrullos...

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