miércoles, 25 de junio de 2025

EL BARRIO

 Como sabanas decoradas de cemento, carretas vacías y veloces en largos trechos, corren y caminan ánimas; se mueven en una calle estrecha y sin fin, serpenteada como anaconda en asecho.

Sus pasos se encuentran con entradas siniestras que esconden almas arrastrando cadáveres, gritos de mujer, entre alegría sinigual y algarabía mediática, alegórica, de lo barrial.

Gemidos, de encanto y lamento, comparsas sin carnaval; asfalto húmedo de pobreza y subsistencia; música escandalosa del que no conoce lo sublime, sólo su mundo encasillado de sitiería y trinchera, donde el diferente, el forastero, es necio, no vocifera; se desluce en tierra ajena, y observa caras cortadas, hondas heridas, como trofeos de guerra.

El barrio, ingrediente no calificado, aunque a veces o casi siempre atiborrado, de infinitas cosas; ellas hablan de vida y muerte, de espinas junto a las rosas...

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