jueves, 14 de agosto de 2025

¿JUSTICIA?

 Caminan como zombis con aparente mansedumbre frente al iris asustadizo de que lo peor puede ocurrir. Duermen en las aceras cobijados del cartón que desechan los colmados, luego de rebuscar en la basura el mendrugo alimenticio pestilente de la subsistencia. Son las víctimas de un sistema de salud inexistente.

Por otra parte, observamos por un hendija y hasta con lupa, quizás, una seguridad social que se estruja en la cara de los mayores, de esos que, antes de llegar la Administración de Fondos de Pensiones (AFP) y ser obligados a firmar para 2003 por un futuro de pensión incierto, ya tenían más de veinte años inmersos en la sociedad del trabajo honrado que fueron echados por la borda.

Da pena el bochorno y la falta de dignidad arrebatada con que nuestros viejos llegan y salen del banco hacia la farmacia para convertir en sal y agua lo que le queda de existencia, pues existen, aunque no vivan.

¿Justicia? Cuando la sutileza de los códigos permite un tecnicismo legal en los tribunales para comprar la libertad con una ínfima parte de lo que se les robó a la salud mental, la seguridad social y, con ellas, las seguridades causantes de una delincuencia perenne en todos sus niveles...

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