La pena entronizada nos abate,
nos carcome el alma;
nos retrotrae a los detalles,
momentos dulces y amargos,
dislates;
mas,
la musa sigue inspirada e
imperativa;
a su vez,
nos dice cuando se llora
que la vida sigue en sonrisa de mujer
que nos cura las heridas;
es destellos de oro y plata
al final del túnel,
es su perfume,
inusitado oasis que calma mi sed
en el desierto,
es un nuevo amor que va
dejando atrás la ausencia,
lo siniestro...
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