O quizás siempre,
como algun@s no quisieran
que sueñe;
pues ell@s duermen en el asfalto,
entre el olor a goma,
cobalto,
y el fiambre de la gente;
A sus modos,
no resulta inteligente
recordar esos caballos,
que en su cabalgar eterno
daban vida a la campiña,
si es que las motocicletas
con su canto de rapiña
nos ocupa la atención,
cuando pasa ese ladrón
que no es de gallo y gallina;
Si hasta las revoluciones
en tiempos de ´´concho primo´´,
tenían un mejor camino
y el pelear era decoro;
hoy,
son como cazadores perdidos;
matan, roban, tras el oro,
destrucción y desatino;
No cuesta nada soñar
y ponerme a recordar
que el recato era silencio;
se cuecen habas en el rancho,
cierto,
cuando es el amor que llama,
y ese fogón cuan se inflama
nos obliga a despertar,
indùcenos a rezar
y pedir al Dios que es bueno
cuando durmamos perenne,
nos regale,
sempiterno,
la sombra de un flamboyàn...
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