Cuaresmas que van y vienen,
como la vida,
en montes amargos perdidas
susurran allí sus vientos,
en otros lares silencio
que no se hace esperar;
oportuno es cabalgar
al compàs de su corrida.
Un correr de tentaciones,
brisas húmedas y secas,
éxodos y vacaciones
de esa alma que se agrieta;
ya no quiere esos amores,
busca lluvias que sean frescas...
como la vida,
en montes amargos perdidas
susurran allí sus vientos,
en otros lares silencio
que no se hace esperar;
oportuno es cabalgar
al compàs de su corrida.
Un correr de tentaciones,
brisas húmedas y secas,
éxodos y vacaciones
de esa alma que se agrieta;
ya no quiere esos amores,
busca lluvias que sean frescas...
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