domingo, 17 de mayo de 2020

YO Y MIS EXPRESIONES ONÍRICAS...

Sí, porque sueño... ¡Ay del que no sueña!, ajeno de las utopías de la vida, de los misterios, enigmas en sentido general que nos dan esperanza; ese instinto de preservación que traemos desde el vientre de nuestra madre, más que  apostolado sacado de un perfumado cofre de ébano, pues constituye el santuario del ser bien llamado puro, mamá querida, corazón de mis recuerdos.

Y es que debo soñar, tengo que hacerlo, para que siga latiendo este corazón que te anida; mujer de aquel sur profundo, acantilado de mar, de allá, entre mi sangre estás junto al virus de tus besos, abrazos calurosos, tiernos, que no han sabido escapar de los ya lejanos años, bajo cerezo, rebaños, remanso de amor y paz...

Sueño y vuelvo a abrazar; abrazo hijos y nietos; hermanos, tíos y amigos de trajinar; que la pantalla no sea conforme, las réplicas virtuales, el teclear; Dios me concederá encontrar esos besos que hoy deseo, pues, si me castiga, exista argumento o razón, con tu abrazo sentiría el perdón, al latir urgido en tu pecho ese noble corazón...

¡Feliz Domingo!; con la gracia de Dios.

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