Aún pequeña en mis brazos te sueño, más despierto que dormido, cuando los recuerdos me hacen ansioso y brotan de felicidad lágrimas de amor, de tu ser, delicado y etéreo; con sonrisa dulce, inocente, como amanecer que se cierne en la sensación de un eterno tener; de forjado carácter, llegado desde los confines de tus genes; altruista, valiente, buena, que alcanzas la gloria que sueñas...
Guerrera, máxima a la vez, nunca miras de revés tus anhelos con desvelos; tú bien sabes que te quiero como al aire que respiro, que en tu sonrisa, anido, la fe, la esperanza de esos sueños;
Caminas con Dios de las manos, como David frente a Goliat; tras de ti sigue el rebaño de los tuyos que te amamos, celebrando, agradeciendo, esa virtud con deidad...
¡Con Dios delante!, amada hija!!!!
¡Feliz cumpleaños!.
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