lunes, 4 de mayo de 2020

CUANDO PASE LA TEMPESTAD...

Si lo letal no está en el filo del sable, entonces nos mata el moho; el escándalo de las sirenas policiales y de bomberos que recuerdan nuestra maldad; nos pellizcan a plazo, como pellizca el ´´ñoco´´ por el pecado, para que permanezcamos despiertos y espantarnos, para que nos miremos el ombligo y no precisamente frente al espejo...

No sabemos cómo será, después que pase la tempestad; si la torpeza de la canalla seguirá cometiendo errores, corriendo tras algún siniestro o trastornado peregrino; si continuará la vergüenza ajena dándonos tormentos; si en las fiestas de los monos el corre, corre, permitirá sombreros pequeños en cabezas grandes y sombreros grandes en cabezas pequeñas; sólo sé, que lo aprendido, me presenta una realidad inaudita, sorprendente, se cayeron los altares seculares y milenarios de los tiempos; todo resultó una farsa, pues la peste nos pone en el rostro la imperfección del hombre, de los imperios, palacios, reinados; simplemente, Dios nos da la señal de que, al margen de la tecnología, la ciencia y la auscultación astral, nadie está preparado; hoy vuelan como langostas devoradoras los grandes sombreros de las pequeñas cabezas en el mundo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario