Daiaaku, rey todopoderoso de los medas, Asia Menor, allá por los años 700 A.C., delegó en su nieta Amytis todo su poder, a nivel que ella se hizo obedecer por todo hombre, incluyendo Nabucodonosor, según la leyenda, y en nombre de la dama se instalaron los Jardines Colgantes de Babilonia; Ciro, tataranieto de Daiaaku, siguió el linaje de poder.
Cada día surgen cientos de aficiones sobre cosas que el ser humano asume como tal; mas, entre el olor a prado disperso por la lluvia profusa, vuelve mi mente, difusa, a hurgar tus carnes mojadas, bajo la abertura a ultranza de las nubes por insistente rayo de sol que asoma y brilla; se observa urgidos tus labios, es amor, es maravilla...
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