Como el viento sin norte
ni sur;
lento,
que irrumpe en tus recuerdos
con el crujir de las bisagras
y puertas de madera
entumecidas del tiempo;
vuelan los naipes que en mi mente
hacen retoños,
recreando,
con el clavel de tus labios
que la brisa lleva volando,
y con la rosa que ya seca
dejó su perfume rancio;
Otoño de maldad y miel
que a veces me hace creer
en su lozanía tersa;
besos tibios,
sabor a fresa,
entre su amargo y dulzor,
no espero tu cruel ocaso
si no la tengo en mis brazos,
¡devuélvame ya esa flor...!.
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