Entre visos de tormentas intempestivas,
soñar con enormes elefantes marinos
que pretenden conducirnos
a las profundidades del mar,
escapar,
y despertar por los gritos de los celos,
el egoísmo,
que nos persigue y delatan
lo sublime de un placer que se esfumó,
cuando hasta el mundo lloró
su enternecer de gemido
en el azul de tu cielo.
¿Por qué sientes añoranzas
de un amor que no es el tuyo,
si preferiste,
y a orgullo,
conquistar otras estancias?,
recorrer la vida plena
de aquel ´´Marquèz´´ que encadena
con su ritual de rigor;
te olvidaste de mi amor,
que con natural pasión
te ofreció mi mano franca.
No existe utopía ni retranca
de olvidarte totalmente,
aun recrees en mi mente
tus manos blancas,
tu piel,
y es que distancia y ayer
no precisa del color,
mas bien anhelo el amor
de carnes carameladas,
o dulce en leche cerrero,
que entre caricia y primor
me sepa decir ¡te quiero!...
soñar con enormes elefantes marinos
que pretenden conducirnos
a las profundidades del mar,
escapar,
y despertar por los gritos de los celos,
el egoísmo,
que nos persigue y delatan
lo sublime de un placer que se esfumó,
cuando hasta el mundo lloró
su enternecer de gemido
en el azul de tu cielo.
¿Por qué sientes añoranzas
de un amor que no es el tuyo,
si preferiste,
y a orgullo,
conquistar otras estancias?,
recorrer la vida plena
de aquel ´´Marquèz´´ que encadena
con su ritual de rigor;
te olvidaste de mi amor,
que con natural pasión
te ofreció mi mano franca.
No existe utopía ni retranca
de olvidarte totalmente,
aun recrees en mi mente
tus manos blancas,
tu piel,
y es que distancia y ayer
no precisa del color,
mas bien anhelo el amor
de carnes carameladas,
o dulce en leche cerrero,
que entre caricia y primor
me sepa decir ¡te quiero!...
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