La nuestra, la que se aparta de la ortodoxia católica o de cualquiera otra religión, creencia, dogma, cuando miramos de soslayo, aunque muy pendientes, el asueto de las vacaciones, el ´´descanso´´, éxodos con carácter de modernidad que se orillan en los ríos y mares, entre felicidad y miedo; miedo a sí mismos, a la fe que hemos pisoteado y encomiado a nuestros favores, al libre albedrío mal usado, al instinto cavernario pre gladiador, como gallos ensangrentados en los coliseos romanos, y, los más sensatos quizás, nos quedamos solos, haciendo honor a la cuaresma y sus ciclos que se cumplen, donde hay dolor y recuerdos heridos, aderezados con hiel; otros no se han cumplido, y no sé por qué, aún se respira amor y miel...
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