jueves, 19 de septiembre de 2019

MI HIJA ANA TEREZA, DE CUMPLEAÑOS...

Era viérnes,
cuando el crepúsculo
rojizo terminó por ocultar
su último rayo de sol;
parecía deshacerse el cielo
en aguas y truenos con furor;

Tormentas eléctricas que
el firmamento iluminaban,
como fiestas de estrellas y
luceros que anunciaban 
tu llegada...

¡Oh hija amada!,
entre sábanas perfumadas
y arrullada por tu madre,
hiciste de mí, tu padre,
aquel hombre muy feliz,
y corrí, corrí,
después de percibir tu
aroma subliminal,
la calle tuvo que contar
lo perenne de mi risa,
a prisa, camino al bar,
la pasión, pues me dijo el
corazón que comenzaba a
soñar, entre nubes de algodón
y licor para brindar...

Trajo tu dulce inocencia
esa gracia cuan esgrimes,
era una noche de amores
de estrellas en los jazmines,
luceros que cortejaban
con cantos de querubines...

¡Te amo!.

viernes, 6 de septiembre de 2019

¡HASTA QUE SE MARCHÓ! (II).

FRANCISCO ANTONIO GONZÁLEZ SILVERIO (Chico González), político, escritor, pero, sobre todo, poeta, quien desapareció al echarse la paloma del balaguerismo, incluso, cuando ya Leonel Fernández gobernaba la nación, por lo que no se cuenta entre los que perdieron la vida por desafectos al sistema.
¡´´Francisco Alberto Caramba´´!, una de sus célebres composiciones dedicadas al héroe de la revolución de abril de 1965, Francisco Alberto Caamaño Deñó, es un himno romántico, parece sacado de las fibras más sensibles del corazón.

Chico González fue un poeta nato, su cara representaba al adusto joven que se identificaba con la rebeldía de los tiempos, creyentes en lo que debe ser, quien miraba con agudeza y no de soslayo las estructuras y los imperios que deben caer, pensando que detrás de esas torres, áticos y capitolios está la parte buena del hombre; la utopía del poeta, la nostalgia por lo desconocido, la ignorancia sobre ese hombre y su perversidad como ente de la creación.
Chico González desapareció y, a decir de algún connotado poeta y literato, aquel sólo se esconde en su intimidad con la utopía. Lo creo, era toda una época de ilusiones, de sueños, de inocencia hecha hombres que caminaban con el alma. Lo creo, sólo se marchó como el poeta consumado que descubre a tiempo que la sociedad no es suya, no hay cupo para él, ni para los sensatos, ni los eruditos liberales, ni los sabios, ni los ilustrados que siguen el camino de aguas frescas y claras sin que los alcance el despotismo.

¡Hasta que se marchó!, para partir airoso, indemne, incólume, de los tentáculos de un mundo perdido, donde, en su escondrijo, habla con las plantas del camino, las que no sembró hombre alguno, saluda al rayo de sol  cada mañana, habla con las aves y la sabana cuyas voces hacen ecos en el cielo, compenetrado con su soporte estoico, esperando su física muerte, la que eligió, lejos del lodo humillante de la muerte de sociedad, del cieno de la falsedad humana, de esa que expresa en su epitafio Francois Robelais: ´´Abajo el telón, la farsa ha terminado´´...

lunes, 2 de septiembre de 2019

¡AÚN ASÍ, VOLVERÉ A BARAHONA!.

Viaje funesto que nos lleva a despedir las luces que una vez alumbraron nuestro firmamento enseñándonos la vida, cuando parecía detenerse el viento haciendo gracias mohosas a la ignorancia perdida; se van volando esos seres del entorno como mariposas cansadas, derretidas, queman el sol sus alas, dejan el alma marcada, llega la desilusión, mas, sigue corriendo la existencia, el perdón, la tierra sigue girando y sus hijos engendrando entre escándalo y maldad, se impone la sin piedad por los siglos de los siglos, mientras miro con sigilo peñascos  de mar callados, canoas piragüeñas parecen llegar al remo de Hatuey , Caonabo, y el Caribe sigue bravo al compás de la ciudad; nuevos ruidos, culturas vanas, pues no escucho en las mañanas herraduras de caballos, tampoco el cantar del gallo ni las tonadas del conuco y su cotidiano influjo; empero, mi vista alejo al horizonte después de la loma seca y el monte, sintiendo que no te has ido, que no era cierto el olvido y el espectro de tu embrujo, que aún estás hermosa, plena, que en noches de luna llena veo tu cuerpo hecho sirena, risa marina que invoca  deshojando tus claveles y aquella boca de rosa...