Porque contrario a lo que piensas, no es retroceso. Mas, la utopía lo convierte en sueños y soñar es vivir; eran los tiempos de hurgar la genealogía, donde si no encontrábamos títulos nobiliarios, sí éramos dueños por antonomasia de noblezas de valores intrínsecos. Anduvimos, sobre todo, detrás de una naturaleza prístina, hoy llamada´´medio ambiente´´, de la comida orgánica que nos suministraba el conuco familiar y hasta el improvisado sembrado en el trasiego de la casa; del ave que caminaba, la gallina con su gallo, la potranca con su caballo, poniendo límites al hogar propiamente dicho; los pavos, patos, guineas y reales; palomas, exóticas aves migratorias que nos hacían ´´visitas de médicos´´, llenando de coloridos nuestros entornos antes de emprender su vuelo surcando los cielos, adornando otros lares y praderas.
Y es que aún vivía la abuela, también mi madre, un primor, su sonrisa era de flor cuando llegaba mi padre; tíos y tías, primos y primas de mis entrañas que marcharon escondidos del corazón; limpieza en fincas y calles, agua del grifo tomar y otras que antes del mar eran frescas de tinajas; aguas lluvias entre el verdor de besos que ya se fueron, por eso, aún despierto sueño ante este mundo a quemar, mi afán, volverla alcanzar, poderle decir ¡te quiero!...