DÍA DE LAS MADRES...

Son todos los días y todos los tiempos, inexorables, vida que llega, vida que se va, y en ese último suspiro tuve la dicha, mamá, de tener mi brazo izquierdo de sostén de tu cabeza, tu pelo seda, sintiendo aún la tibieza de tu alma queda, que en toda madre se ensaña, desde sus entrañas y nueve meses de gestación, allí, precisamente allí, terminó por irse la pasión, llegó la urdimbre, el tormento, y como enjambre, vuelan los espectros por los caminos de tu vida, se te percibe, urgida, empujada por los vientos;

Las sombras lloran la ausencia de tu sol, flamboyanes que sembraste azotan sus hojas secas, también sus flores, se mueven en alabanzas saludando el brillo de tus ojos y esas sonrisas de amores;

¡Oh mujer de amor y dolor hasta la morada!, donde silban las coronas, enamoradas, frente a cruces, peregrinos, te extrañarán perennes los caminos que junto a rosas y mariposas adornaste;

Rompen los cantos el silencio, y aunque vivirás por siempre, mientras mi pluma insista y remache, me dicen, madre, que irremediablemente marchaste...

¡BENDICIÓN MAMÁ QUERIDA!!!.

A ROSSI CHACHI MATOS; GRAN DEPORTISTA, ESCRITORA, POLIFACÉTICA, HERMOSA COTERRÁNEA DE NUESTROS ORGULLOS...

Le llaman ´´Rossi Chachi´´, la que en blanco y negro abría el botón de su flor, mientras su colegiala figura elevaba sus manos sedosas y delgadas con finura, que, como palomas en alto vuelo, devolvían la bola frente a la cancha de juegos y parecían jugar sus ojos combinados con su risa; se tornaban entonces de colores, con la brisa, del perfume de sus lares, que lustro a lustro apartaba, la despertaba, de un sueño con aguas de arenas dulces, arenas de aguas saladas, cristales de sal, cristales que brillan y reflejan sus amores y cascadas;

Enamorada perenne, la parió su lar natal, mas, no se queda en el umbral de sus vuelos tan aviesos, está enamorado el cielo cuando la ve caminar; cara de niña, cantar, parece tu boca al reír, ojos que quieren decir, que aún no han mirado dueño, tu cara no frunce el ceño y hasta tu mote es soñar; no dejes ese amor que anhelo en las manos de Platón y chorreras que al llorar llevan alegres tu canto, quisiera vivir tu encanto aunque muera de emoción...

SÁBADO EN EL BATEY...

Desde el viernes, un trabajador de la Plaza paseaba un hermoso becerro por todas las comarcas; sostenía el amarre con fuerza, mientras el animal, como si toreara, lo miraba con ojerizas y esquivo. El marchante sacaba de uno de sus bolsillos un estrujado cuaderno contentivo de nombres de vecinos y las libras de carnes a despachar para el sábado. Se escuchaban expresiones como : ´´que no sea un engaño, como el pasado sábado, que nos vendieron un buey muy puyao´´, ´´tienen que mostrar el cuero y la cabeza también´´, entre otras.

Al llegar el sábado sonaba el ´´fututo´´ en la Plaza o mercado. El ´´fututo´´, escuchado en los lugares más apartados del batey, era un gran caracol marino al que le sacaban sonido soplándolo. Apenas eran las nueve de la mañana y de todos lados y costados iban con diferentes envases en manos las damas del lugar. Así mismo, apresuradas se notaban otras damas atraídas y acompañadas, debido a la música que ya escapaba de las velloneras; era pesaje, cobranzas, era batey...

NUEVA VEZ A MIS HIJOS...

Recuerden, ser feliz es no esperar, es dar, recibir si es que llega, como llegan las primeras brisas frescas de un alba que nos anuncia un sol de esperanza; no esperen recompensas, alabanzas, del que como autómata y alta voz camina con los nuevos tiempos, pues ya nos remontamos junto al viento los que confiamos en Dios; mas, cuídense, no dejen de soñar, dormidos, despiertos, no importa los entuertos de la vida ni el batir de las veletas, caminen con su alma esbelta de manos del romántico goce, de la utopía del poeta, hacia un mundo que hacen propio que no dé paso a la pena...

MAYO, EN MIS RECUERDOS...

Llegaba mayo; eran tiempos donde la estación hacía una tregua dando paso al frescor, aunque breve, a una lluvia copiosa y ruidosa encima del romántico techo y palmas colgantes que parecen llorar perennes de felicidad; esa amenaza de lluvias que casi siempre se hacía realidad; eran suspiros, las bestias las avisaban en la víspera, se revolcaban y alegres regodeaban en el fino polvo del establo donde las pacas resecas de sol echaban sus fibras al viento, como mariposas, emulando flores y colores en los campos empapados; perros que entre el cariño y el calor del rancho se mostraban solidarios; el nuestro encogía su asustadiza cola, como lobo en asecho, la que movía con timidez y satisfacción en la mirada de niño con presagios, ante la marcha de los misterios que huyen y son arrastrados por los drenajes del poblado.

Mayo que era de gloria, de historia, de sin sabores, a veces; mayo que trajo flores, besos mojados, pero candentes, esos recuerdos de amores...