Pregunta la resaca moral, principal enemiga del alcohol luego de una alianza traviesa, insólita, cònsona, como el amor que embriaga y no permite ver las señas, las pinceladas, los remilgos; te deja dormid@, y, al despertar, sientes el sabor amargo y el agridulce de un placer fugaz.
¿Hice algo malo?, no, cuando saboreabas el trago sòlo tratabas de seguir el curso de la sociedad, ya toda es murga; lucìas entonces sofocado, pues por màs que tratabas de alcanzar los cambios, ella caminaba rauda y veloz; no le pisabas los talones, pues de pronto decidiste no seguirla a ese pantano exótico; jurabas que no existías ya, inmerso en un sueño, no de alcohol, sino de realidad inefable...
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