martes, 15 de septiembre de 2015

LA NEGRA ´´FULÒ´´ Y UN OTOÑO INTEMPESTIVO...

Escuchar el clamor a la negra ´´Fulò´´ de nuestro Luis Carbonel, nos transporta a un pasado que aún patina entre el lodazar de los ensueños y realidades, cuando el otoño llega; mas, su llegada es intempestiva, a veces cruel. Escuchar la voz melodiosa de Berta De Singerman, llamando a la negra de la vida, requiriendo de sus servicios de joven fuerte y piel brillosa, que desliza entre sus erectos pechos el agua de un río que, más que bañarla, se perfuma en ella y sus aguas resbalan en su piel como si no la mojaran; es sentir el reclamo que nos cobra la vida en su postrimerìa, cuando aún no comprendemos que algunas cosas no son totalmente buenas, mucho menos, totalmente malas; ni el color, ni la raza, ni el pudor, ni el recato; menos el desenfado, lo vanal y/o espiritual, ni la subsistencia con placer...
¡Oh ´´Fulò´´, ´´Fulò´´, ´´Fulò´´!, se siente lejana esa voz aquejada, necesitada de afectos físicos y de alma... ¡´´Necesito las pastillas ´´Fulò´´, el ungüento para el masaje; oh ´´Fulò´´, ´´Fulò´´, como necesito esa fricción, esa agua con la tibieza del fogón´´...!, interpreto, pues no es exactamente textual; son gritos lejanos del que se arrima al canto otoñal, que aprecia con ahínco el dulce néctar de la vida, con sus mentiras, fantasías y vinos; torcidos caminos que a la postre enderezas con besos, con remanente de una libido que no espera nada, que no sea la presteza de una vida llana, vivida esta vez sin remilgos ni hipocresías, en las manos y cuerpo de ´´Fulò´´, que no es mía, es de la vida...

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