´´No podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestras cabezas. Mas, podemos impedir que hagan nidos sobre ellas´´... (Martín Lutero).
Juan Sànchez Ramìrez, militar y político. Aunque estamentos historicistas lo señalan como español, Sànchez Ramìrez nació en Cotuì, provincia que hoy lleva su nombre bien merecido. Para quien suscribe, y sin necesidad de seguir en contradicción con intelectuales probados, aunque favorecidos por los importantes medios de comunicación de nuestro país, Sànchez Ramìrez no fue un traidor, es más, debe considerarse prócer de la antesala independentista. Incluso, para la época en que fue gobernador del Santo Domingo Español (1804-1824), etapa conocida como ´´España Boba´´, no tuvo en sus manos el poder de crear un verdadero Estado y una nacionalidad definida. España envió como élite a Carlos Urrutia y Montoya (Carlos Conuco), personaje avaro que solo se preocupaba por producir, hacer conucos para exportar su producción a España.
El Tratado de Basilea, firmado entre Francia y la monarquía española de Carlos IV, el 22 de julio de 1795, en Basilea, ciudad de Suiza, le devolvía a Francia la margen oriental de la isla que hoy ocupamos. La batalla de ´´Palo Hincado´´ del 7 de noviembre del 1808, en la Sabana de Palo Hincado, El Seibo, librada por este adalid, fue el escenario que evitó que España echara por suelos tres siglos de historia, lengua, religión y cultura. ¡O eramos del lado español o nos dominaba Francia!, no existía otra opción.
Era honesto, murió en la miseria, él y su familia, pues aportó, como Duarte, su patrimonio a la causa justa en la que se enroló junto a todos los habitantes de la colonia de Santo Domingo. La historia y la conformación de los pueblos se divide en procesos, y este de reconquistar la margen oriental es de los más sanos para lo que es hoy nuestra existencia.
Santo Domingo de Guzmàn, fue un inquisidor producto de la conquista criminal; la acepciòn ´´dominicanos´´, posiblemente nos llega del Gran Convento de los Dominicos, existente ya para la època de Sànchez Ramìrez, el que fue evolucionando como Universidad Santo Tomàs de Aquino, Universidad de Santo Domingo, hoy autònoma.
La divisiòn existente en el Santo Domingo Español, producto de habitantes orientales afrancesados, le hicieron la vida imposible al gran guerrero, como posteriormente al licenciado Josè Nùñez de Càceres y su independencia efímera con ´´La Gran Colombia´´, pues Simòn Bolìvar tenìa compromisos con Haitì por los aportes de sus generales a su causa como libertador de Amèrica.
Tenemos Estado y Constitución a partir del 6 de noviembre de 1844, cuando Juan Pablo Duarte, hijo de español, y el movimiento trinitario proclamaron la república el 27 de febrero de 1844, allà, en la Puerta de la Misericordia, posteriormente llamada ´´Puerta de El Conde´´, en honor a un enviado del rey español don Felipe II, a quien autorizò amurallar la ciudad de los sueños, la ciudad romàntica, en virtud de la aviesa impronta del pirata inglés Francis Drake (1543-1596), nacido en Tavisteck, Inglaterra, quien saqueò los tesoros, y la puerta llevaba la encomienda de que estaría abierta única y exclusivamente a la hispanidad.
Don Bernardino Gutierrez Meneses, Bracamonte y Zapata, fue el Conde, de Peñalba, España.
¡La historia debe ser contada como es, y Juan Sànchez Ramìrez aportó a lo que es nuestra identidad como naciòn...!.
Me apasiona su arenga militar: ´´Pena de la vida del soldado que mirase hacia atrás; pena de la vida al tambor que tocare retirada; pena de la vida del oficial que lo mandare, aunque sea yo mismo´´...