¡Y por fin llueve...!,
ahora que tù no vuelves,
sabrá Dios dónde guareces;
si vieras como el amor crece
al amparo del recuerdo,
que entre chorreras y cantos
enlazaban nuestros cuerpos.
¡Ahora llueve y no te tengo!,
vuelas con alas mojadas,
te fuiste tan enojada,
paloma blanca y hermosa,
castigándome el silencio
de aquella boca de rosa.
Llueve copioso y acampa,
y se siente entre las rampas
el sonido de tu voz,
gotas tímidas que me arrancan
el sentir de tus gemidos,
¡oh paloma vuelve al nido
que ya el calor amainó...!.
Cae la lluvia en los tejados,
se siente en patios vecinos,
acallando mi llamado
que te invita a mi destino,
al amor,
al desatino,
ahora que tù no vuelves,
sabrá Dios dónde guareces;
si vieras como el amor crece
al amparo del recuerdo,
que entre chorreras y cantos
enlazaban nuestros cuerpos.
¡Ahora llueve y no te tengo!,
vuelas con alas mojadas,
te fuiste tan enojada,
paloma blanca y hermosa,
castigándome el silencio
de aquella boca de rosa.
Llueve copioso y acampa,
y se siente entre las rampas
el sonido de tu voz,
gotas tímidas que me arrancan
el sentir de tus gemidos,
¡oh paloma vuelve al nido
que ya el calor amainó...!.
Cae la lluvia en los tejados,
se siente en patios vecinos,
acallando mi llamado
que te invita a mi destino,
al amor,
al desatino,
de un placer acantilado...
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