´´Es que esos días grises del otoño me ponen triste´´, dice el poeta. ¿Por qué inspira la musa con asecho?, esperando las carencias de caricias perdidas, cuando vamos en ruta inmersos solo en respirar en los caminos cotidianos de la vida... en busca del canto, apartando el llanto que nos deja la costumbre, en lo que llega el sopor, la gracia blanca o morena, el calor, de un amor que nos comprenda; ¿beber?, actitud vana de un bohemio consumado y exhausto; hablar de lo mismo, el poco discernir del más viejo junto a la atrevida ignorancia del que es joven; vida, es lo que busco, aliño en besos; mas, lejos de los remilgos de la moda, que a veces sí, nos incomoda si su atavío es religioso; entonces ¡pido perdón...! al no estar en sociedad, quien me golpea con maldad por cazar amor en bruto, ese amor que es de conuco entre silencio y cascada, aquel que no pide nada; amores de barricadas entre riachuelos y arbustos...
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