Y pensé que la noche era perenne, que moriría atragantada con mi sueño inútil; ¡total, qué hace un poeta vivo...!, que no sea ver que amanece, quiera o no quiera, y escuchar las voces del poblado, los ruidos del mercader moderno, de la murga trasnochada que camina con los traspiés de la romería; y florecieron las plantas, mas no floreció la del rocío eterno; paradojas de la vida, misterios, sacudidas de un cuerpo que ya comienza la ruta y a darle rienda suelta a su alma bohemia, porque la vida es lo que queda, la vida es hoy...
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