¡UNA INSPIRACIÓN HIRIENTE...!!!!.

´´Es que esos días grises del otoño me ponen triste´´, dice el poeta. ¿Por qué inspira la musa con asecho?, esperando las carencias de caricias perdidas, cuando vamos en ruta inmersos solo en respirar en los caminos cotidianos de la vida... en busca del canto, apartando el llanto que nos deja la costumbre, en lo que llega el sopor, la gracia blanca o morena, el calor, de un amor que nos comprenda; ¿beber?, actitud vana de un bohemio consumado y exhausto; hablar de lo mismo, el poco discernir del más viejo junto a la atrevida ignorancia del que es joven; vida, es lo que busco, aliño en besos; mas, lejos de los remilgos de la moda, que a veces sí, nos incomoda si su atavío es religioso; entonces ¡pido perdón...! al no estar en sociedad, quien me golpea con maldad por cazar amor en bruto, ese amor que es de conuco entre silencio y cascada, aquel que no pide nada; amores de barricadas entre riachuelos y arbustos...

ADENTRADOS EN NAVIDAD...

Adentrados en navidad
hay misterio inusitado;
miserias ahuyentadas
en riquezas de color,
de pinturas se siente olor,
destellos de estruendos,
rubor,
de perros atormentados.

Hay un alerta entusiasta,
veo virtudes pasajeras,
actitudes lisonjeras,
alegría,
caras duras,
se pierde hasta la cordura
y tu pasión que delata...

Allá,
repasando los corrillos
de aquella que fue mi casa,
añoro el lechón que ardía;
ya no está la novia mía
a la luz de la fogata.

Pero observo,
que en el quicio,
en los rincones,
existen huellas de amor
y  besos aún perennes,
que hacen de los niños duendes
marchando entre las luces;
juegan a reyes y halcones
corriendo en pasto ficticio
de inocentes sensaciones.

Entre gentes siempre estamos,
hoy también es noche buena;
nuevas caras,
otras gracias,
nos darán momentos gratos;
la luna se oculta un rato
hasta que vuelve y se llena...

SEÑALES DE OCASO...

Y pensé que la noche era perenne, que moriría atragantada con mi sueño inútil; ¡total, qué hace un poeta vivo...!, que no sea ver que amanece, quiera o no quiera, y escuchar las voces del poblado, los ruidos del mercader moderno, de la murga trasnochada que camina con los traspiés de la romería; y florecieron las plantas, mas no floreció la del rocío eterno; paradojas de la vida, misterios, sacudidas de un cuerpo que ya comienza la ruta y a darle rienda suelta a su alma bohemia, porque la vida es lo que queda, la vida es hoy...

UNA NAVIDAD QUE PELLIZCA...

Nos pellizca el alma, esta vez que  la brisa no llega intempestiva; el poblado parece sumido en la aparente mansedumbre del frío; puertas cerradas de manera involuntaria, junto al estruendo de las ventanas que chocan con postigos y cerrojos por el silbido de la brisa que parece llevar voces que cantan; recuerdos, labios que intentan cuartearse mientras se aprietan las bocas y el crujir de dientes;  arrullo silencioso entre el ocio y la permisividad libidinosa de un recurrente otoño; días de paz percibida, de amores consumados, que se fueron, que nos retrotraen a una felicidad con reservas, inefable...