lunes, 6 de junio de 2011

ESTADO JURÌDICO VS. ESTADO PERSONA.

Son dos conceptos que caminan juntos, depende la intenciòn y a favor de quien o quienes va dirigida su aplicaciòn. Si al bien comùn o al interès pecuniario. Luis XIV, Rey Francès, manifestò: ``El Estado soy Yo...``. Y es que no bastan las leyes si no existe la presencia fìsica del dictador que las ponga en vigencia. Serìan letras muertas, ineficaces, como las que existen en las democracias clàsicas corruptas que nos gastamos. El dictador es aquel que ejecuta las leyes escritas, tan simple como eso, claro està, que cuando aplica otros procedimientos que, màs que para la salud de la Patria, les sirven a sus intereses o caprichos personales, entonces se convierte en tirano.

Pero, en realidad, es en el Estado-Persona donde se observan los  resultados positivos y se llevan los procedimientos y normativas de manera màs eficiente. Definimos como Ley, toda disposiciòn jurìdica emanada de autoridad, competente, general y obligatoria.


Las democracias clàsicas corruptas han llevado como estandarte la representaciòn de un Estado Jurìdico, para con èl, enarbolar el tecnicismo en todas las instancias judiciales, aplicando casi siempre una parafernalia y un aparateje militar que no se compadece con sus preceptos, para confundir al gobernado incauto. Sin embargo, està ausente muchas veces la solemnidad que debe primar en los tribunales, la que sirve de reflejo de institucionalidad, respeto, temor si se quiere, para controlar la delincuencia en sentido general. Como tambièn està ausente la prevenciòn del crimen y el delito, asì como el cumplimiento estricto de las penas. A ello se refiere Napoleòn Bonaparte, cuando expresa: `` Las leyes, en poder de los que las presentan como mandatos en còdigos e ilustraciones, no son màs que un gran paraguas de hierro para proteger a los delincuentes...``.

Dentro de ese tenor, nos identificamos con el Estado-Persona.

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