miércoles, 25 de junio de 2025

EL BARRIO

 Como sabanas decoradas de cemento, carretas vacías y veloces en largos trechos, corren y caminan ánimas; se mueven en una calle estrecha y sin fin, serpenteada como anaconda en asecho.

Sus pasos se encuentran con entradas siniestras que esconden almas arrastrando cadáveres, gritos de mujer, entre alegría sinigual y algarabía mediática, alegórica, de lo barrial.

Gemidos, de encanto y lamento, comparsas sin carnaval; asfalto húmedo de pobreza y subsistencia; música escandalosa del que no conoce lo sublime, sólo su mundo encasillado de sitiería y trinchera, donde el diferente, el forastero, es necio, no vocifera; se desluce en tierra ajena, y observa caras cortadas, hondas heridas, como trofeos de guerra.

El barrio, ingrediente no calificado, aunque a veces o casi siempre atiborrado, de infinitas cosas; ellas hablan de vida y muerte, de espinas junto a las rosas...

jueves, 19 de junio de 2025

¡EXISTEN TANTAS COSAS QUE UNO NO ESPERA!

 No esperaba que la vida en su niñez, adolescencia y juventud, volara de imprevisto como si atraviesa una ventana dimensional donde apareces, te sorprendes y, peor aun, conservas la memoria de aquellos días felices.

No esperaba amores tan fugaces, ni aquellos que, aunque perdurasen, crearon cayos de entuertos; no esperaba, casi muerto, amores que se fueron, como diría el trovador, peregrinos quizás, que pagaron con crueldad placeres de aquellas dulces verdades.

Nada es nuestro, es vanidad; no esperaba esa ventana de espejos tan oprobiosos, que nos presentan un rostro de una amarga soledad; no esperaba que te vas, incluyendo aquellas fuerzas, las que cargaban sedientas conscientes de realidad; esos hijos, que unidos a ultranza por un amor que no podemos soslayar, sólo dejan pinceladas, asomos, celajes que cruzan esa ventana lacerante en su maldad...

jueves, 22 de mayo de 2025

¡EL DORMIR Y LOS AÑOS!

 Ensayos cortos de un morir placentero; te enseñan sublime el descanso al tedio de años de trajinar; muestran un pasado entre nubes con azules luces, larimar, cuando con la hembra  se unen las bocas y se aprecia el clavel hiriendo la flor hermosa.

Abrazos a la madre, ida hace algún tiempo, apegada siempre al quehacer de la cocina; no sucede nada, no trae grima, es sólo soñar y amar esas vidas repetidas...

lunes, 28 de abril de 2025

OBSERVO EL VILLORRIO Y EL DISCURRIR DE LA VIDA

 Es cuando la mariposa ufana ya alcanza en las mañanas su altura con esplendor; queman sus alas el sol en despedidas tempranas; aves que vuelan y cantan, migrando con alabanzas al suelo que sus patas tocan, esbozando amores lejanos, las fragancias de otras bocas, amor y sabor en cada rama; palomas que vuelan lejanas, tan distantes, que su brillo se hace plata, y se marchan para siempre llevando olvido que mata.

La vida corre entre ruedas en las partes citadinas; bajadas como en los montes, cañadas, también las altas subidas; se serpentea el hombre en los caminos siniestros; urgidos lucen estar; van buscando bienestar en brillo y oscuridad, cuando raudo y motorizado pasa silente el ocaso con risa de carnaval...

jueves, 10 de abril de 2025

¡LLORAR; NO CESAR!

 Tu alma, la mía,
se han de limpiar;
no es exquisito,
es paliar, entre lágrimas,
esa pena material que
nos sujeta contritos.

¡Lloremos!
Pues hasta Jesús lloró;
mas, imploremos mucho
a Dios misericordia y bondad;
amémonos más allá de la
misteriosa afrenta;
oremos, también sin cesar,
alejando las tormentas...

¡Paz!

viernes, 28 de marzo de 2025

JESÚS EN MI CORAZÓN (IV)

 Sólo imaginar tu rostro abatido de dolores, tu cuerpo, he de suponer, la inmensidad de un gran ser que, inmortal, no me permite llorar junto al rocío de las flores.

¿Eres tú, Jesús? ¿Quién se atribuyó el privilegio de ver tu cara sonriendo y luego exhibirte en cruz?

Ni fotos ni daguerrotipo confirman al hombre deidad; más bien fue la bondad, misterio y majestad que en los olivos del monte lloró; fue esa obra de misterio, con asidero de un cielo que nos presenta a Dios...

¡Perdónanos, maestro!

jueves, 20 de marzo de 2025

¡QUE PARADOJA, SUDIKSHA KONANKI!

 ¡Que paradoja! Querida Sudiksha, hermosa, que adoleces aún de los caminos de entuertos. ¿Habrán cerrado tu huerto y esa flor como un agravio? No estás; dejándonos el resabio de amores no consumados; ya no hacen fiestas los nardos adjuntos con las cayenas; aplaudían tu risa plena en el grosor de tus labios.

¿Acaso el mar bravío, soberano y soberbio apagó la luz del cielo? Sería la maledicencia terrestre y sus espectros agoreros a ultranza, pues son tus ojos luceros cuya luz son el anhelo que ilumina la esperanza.

¡Oh Dios! Regresa, Sudiksha, porque te espero...