viernes, 4 de noviembre de 2022

¡UN PUEBLO YA DESCONOCIDO!

Quedaron atrás las comparsas ecuestres; fueron cambiadas por recuas motorizadas que a los
sembrados y caminos vecinales les quitaron solemnidad. Volaron, pero para siempre, las 
mariposas amarillas con su colorido de bondad, como celebrando una época que con sigilo
se esfumaba.
Marchantes, que casa por casa, hasta los confines de los bohíos, ofertaban mercancías frescas, sonrisas femeninas de encantos, sin que salieran de los teclados y lejanías de espantos.

Olor a cerveza, retumbe de belloneras en bares adornados con papel crepé, disimulado terciopelo
entre el guano, sin que el sonido desanidara la quietud, fueron arrasados por el alto parlante y las 
voces soeces que, de otrora, no encontrabas ni en lo más recóndito de la bohemia.

Tropezamos, de calle en calle, en cierne, con los húmedos abandonos, lo oscuro, lúgubre, luces
que se apagan donde la alegria hizo presente, lastres, precisamente, de un acusador pasado...


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