sábado, 18 de junio de 2022

¡LA PERPETUIDAD DEL ALMA!

 Cuando nos remontamos a las simientes de nuestras vidas y asociamos como dueños a los padres, papá y mamá, que acaban de llegar cargados de vicisitudes, las que, de manera inconsciente y por instinto, les ayudamos con la carga. Traen maletas de madera perfumada, otras de hojalatas lumínicas, era la usanza; están atiborradas de sus padres, abuelos y abuelas y un pasado con luces y sombras a ultranza.

Entre mudanzas y caseríos vamos apreciando el olor de los caminos, sus flores, pero también espinas y malezas con el nombre de destino. Y se proyecta la vida, retratándose perpetua en las instancias soñadas, nos atrae las alboradas, el canto de algún batey, mirando atónito al buey halar en lodo la caña...

Y va pasando la vida como ruedas en camiones, nos lleva hasta los aviones desde los briosos caballos, cerones, que en virtual brisa y letargo nos traen risas y heridas; mas, los años no pasan, pues ellos son los que nos ven pasar desde un génesis siniestro, son los años los maestros de este cruento batallar; hermanos que se dividen, cada cual en su camino, expectativa que termina, mi madre ya no camina en esa recua inaudita, ella es la flor, que aun marchita, soñaré hasta el final...

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