Sabor a pueblo en el colmado,
la vecina que camina urgida
tras el sazón, la espera allá la
cocina, su calorcito de amor;
infantes caras de esperanza,
se escucha música a ultranza
en espontáneo convite, pasa
el tiempo y se repite en abrazos,
coro, añoranzas.
Compartir, al gusto o con disgusto,
sentado en mis sentimientos de
juventud acumulada, improvisando
alboradas, sin mirar hacia los lados,
ajeno, le echo encanto así a mis años
y la muerte duele menos...
Donde ´´Fey´´ y Manzanillo,
allí me la paso a veces,
siento el alma que se crece,
como un rey o como un niño...
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