Ya no se le pregunta al viajero que, hacia dónde vas?, qué motivaciones llevas en tus ajuares para dejar tu hábitat de hermosas flores, esa casita de amores, allá, en tu tierra natal...
¡Hipócritas autoridades!, de una democracia ajena, demagogia que envenena sueños con desilusiones; ahí, perennes están los tapones, citadinos, por doquier, volante en todo chofer, carilarga, del Sur de América, dominicanos y haitianos, llevados, pues, de las manos de engañosa migración, de insensatez, desazón, de acuerdo internacional, que hacen de la gran urbe esa parada final, agria en su sentimiento, infernal, entre insólito tapón...
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