Nació con el sufrir y el gozo combinados desde los confines de la humanidad.
¡OH, PENA; CARIÑITO DE MI VIDA...!.
´´Es lo que siento en el alma, porque esa mujer no entiende, que me hace perder la calma´´...
¡Que grato recordar a Luis Segura!, trovador de corazones, ver como a paso lento, pero preciso, los entuertos de la hipocresía se rinden ante el desenfado de los sentimientos.
¡Pena...!, es lo que ya comienza a sentirse cuando el canto sin etiqueta ni protocolo se escucha con sus cuerdas y se escapa con la brisa.
¡Pena del romance llano!, radical, de las Villas y sus beyoneras, entre el amargo y lo esencialmente dulce, recordado hoy, cuando raudo se aleja tras lo implacable del tiempo.
¡Pena!, de los románticos, los que tocaron las fibras; también de los que desde las gradas, arrinconados bares y tabernas furtivos, tuvimos la fantasía de parecer tocarlas...
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