domingo, 26 de enero de 2020

JESÚS, EN DOMINGO Y SIEMPRE...

Debemos dejar de lado la costumbre, exquisita por demás, de sólo ver a Jesús, nuestro Dios, en esos domingos soleados o del arco iris anaranjado, más allá, del rocío madrugador, dejando secuelas húmedas de mañana que azotadas por campanas nos anuncian misa, homilía, doctrina, donde a ella,
hermosa y danzante, hacen de su amor aquella mujer prístina a la que siento muy mía, como de su fe, amante.

Y no es preciso en domingo, ¡marchemos todos los días!, entreguemos nuestras vidas, tras un ser acrisolado, mostrado Dios encarnado, postrado en cruces y sangre que curan nuestras heridas...

¡Bendiciones, hoy domingo y siempre!!!!!.

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