jueves, 19 de julio de 2018

DUARTE COMO SEÑUELO, NO ES LA SOLUCIÓN...

Una foto dice más que mil palabras, reza un dicho popular; mas, ni siquiera el daguerrotipo de su figura inhiesta ha podido ser identificado. Desde que fue confinado al ostracismo venezolano con la excusa diplomática a Curazao que le antecede, nuestro patricio reposa en poses imaginarias a expensas de la buena fe del artista, pintor o escultor, y para la burla ex profesa de los que, como a Jesús, crucificaron para exhibirlo ensangrentado en la cruz, fortaleciendo así un cetro de maldad, un báculo ortodoxo que golpea desde tiempos seculares a la humanidad.

La solución no es el esculpido ni a quien se parece la estatua. La solución debe sustentarse en lo siguiente:

1-Honrarlo sin pereza en su morada y último lecho.
2- Reivindicar su lucha y sus ideas como eje de la construcción de la dominicanidad con sus leyes y un Estado aún impoluto.
3- Pedir perdón a su condición de noble y honrado en su RENDICIÓN DE CUENTAS.
4- Reconocerlo, no como al Martí de Gómez, mucho menos como mentor de los desaciertos de Santana; no mató, no era cabeza y cola a la vez, no caía abatido ni enredado en las patas del equino.
5- Llevemos y honremos su pensamiento.
6- Reconozcamos su desinterés por los gajes del poder y la vanagloria; como dijese Máximo Gómez, cuando a éste le ofrecieron la presidencia de la república en Cuba, esbozando con orgullo su dominicanidad; recogieron ambos las flores y laureles a la altura de su caballo, uno, y al nivel de sus ideales, el otro.
7- IMITEMOSLO HOY, SOBRE TODO, HOY...

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