Pensando en mis hij@s construí literalmente el árbol genealógico en base a estudios fehacientes; quise se sintiesen orgullos@s de uno que otro linaje cuya nobleza sea el valor intrínseco y que con ellos se vean identificados.
Mas, se conjuga en este padre, ya en su clima otoñal, las pinceladas del alma. Nos hemos quedado con las ganas de estar allí, atrapado en sus inocencias, hij@s amad@s; atragantarme, si mis intenciones de corregir y castigar llegaron lejos, pues cada llanto es surco en mi corazón que no se borra, como escorrentías entre zanjas a la deriva cuando cae la lluvia y no me permite retroceder a velar sus sueños, sus ansias y expectativas de la vida, por lo que espero no haberlos despertado con este tiempo inclemente.
¡Sólo sé, que los amo al infinito, hij@s, niet@s!...
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