¡Buscad y os hallareis!,
¡Pedís y os se te dará!,
mas, el sino del amor,
que es la vida,
de por sí está definido;
no debe buscarse,
pues tropiezas con sus vibras
como misterios de camino;
lo encuentras en la sombra
inesperada,
después de atravesar el umbral
de un candente sol,
ese que te hace ver la flor
convertirse en un capullo
cuando pasaste a mi lado;
de tu sonrisa la sin razón,
primavera intempestiva,
amor alado que lleva abierto
el corazón...