Así recuerdo esas expresiones de condolencias en aquel Sur de tejamanil, cuasi taíno, cuando la solidaridad del vecino humilde te consolaba, y del que no era tan vecino, pues la mala nueva llegaba impulsada por la brisa del silencio; extraño brío lleva el caballo, y de comarca en comarca, caseríos tras caseríos hasta alojarnos al rancho; potros airados que a ultranza levantan la polvareda, y vivo en esas veredas entre lejanía y canto. ¡´´Dios da la llaga y también la medicina´´!, cuando a veces todo llega junto, pues ser pierden los amores que alados irrumpen y vuelan; allá van, hechos mariposas, flores y espinas confundiendo al colibrí, mas, hoy, aquí, en mis saudade, hay un sol que me enaltece, nuevo amor, otras bondades; veo mi madre que saluda mientras el corazón me crece...
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