´´Cuando se trata de dinero, todos son de la misma religiòn´´, dijo Voltaire, parisano, nacido el 21 de noviembre de 1694; situaciòn que me remonta a los tiempos añosos y al papel tiznado, cuando en mi condiciòn de estudioso de la genealogìa y la geografìa humana, me encuentro con que la mayor parte de los enlaces de amor eran concebidos por dispensas; la iglesia catòlica oficializò incluso uniones de damas menores con hombres mayores por aquello de las castas, el encaste, aunque suene feo, era la bùsqueda de mantener la posiciòn social, a propòsito de lo de ´´chapeadora´´, estigma utilizado hoy dìa como si se tratase de una novedad.
Dentro de esos convenios de amor y sociedad se conjugaba una serie de intereses econòmicos que, cuando no beneficiaba a la mujer podrìa en cambio favorecer al hombre, como tambièn existe el ´´chapeador´´ de nuestros tiempos, que pienso, es la mayorìa, cuando observo mujeres que son madres y padres a la vez; desde siempre existen hombres de poca actitud, amigos de los ´´mangos bajitos´´ de Juan Antonio Alix, que no han salido de la època del matriarcado, donde la mujer llevaba la preeminencia en la recolecciòn de frutos, mientras el hombre domesticaba los niños; hoy andan en ´´bermudas´´, llevando los carritos del supermercado que ellos no pagan, con un control perenne en la mano para cambiar los canales de la TV, despuès del periòdico y el cafè mañaneros, hasta la ùltima pelìcula nocturna.
Y asì, recuerdo un pedazo de algo que dijo un bisabuelo materno, Ramòn Batista, allà, en Jaquimeyes: ´´amigos, no hay amigos, la amistad verdadera es ilusiòn, ella nace, crece y desaparece con los giros que da la situaciòn´´; ¡oh sociedad!!!.
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