El ominoso episodio propio de una época de un Estado religioso a ultranza, permitió a los conquistadores españoles cazar incautos en la épica vanagloriada de una supuesta deidad que los cielos dispensara a la madre de Dios para que se presentase a merced de los siniestros guerreros y exterminaran a los indefensos nativos. El burgo bautizó esa farsa como Día de las Mercedes, refiriéndose a esa merced, término por demás que subyugaba al esclavo frente a su amo, y que fue adoptado por los aborígenes de centro américa y toda esa cordillera andina que aún conserva vida indígena, donde luchó Francisco De Miranda y Simón Bolívar. ¡´´No tienen alma´´!, asì se referían los malditos ante la sangre derramada y supuestamente refrendada por la susodicha virgen.
¡Oh malditos sectarios!, que casi cinco siglos después, en Santo Domingo, la colonia conquistada y más masacrada, por mayor resistencia, quizás; también corre a chorros la sangre de un insigne joven, erudito y buen guerrero, que luchaba por la libertad de su pueblo: Amìn Abel Hasbun, esta vez sin más virgen que una embajada americana compuesta por blancos de un origen confuso, aunque asociado a diversas etnias blancas, desde italianas, islámicas ,musulmanas y de indios piel roja nativos, todas ortodoxas, que, con el tiempo, hicieron resistencia a sus colonizadores ingleses, logrando una independencia que sometió a sangre y fuego, terror y humillación a las naciones más débiles del hemisferio. Recuerdo que ya habían asesinado otro joven al confundirlo con Amìn, de características similares, débil contextura física, lentes intelectuales, aunque de valor intrínseco inconmensurable.
Le hicieron honor al término ``Guerra Fría´´, por su manera selectiva de eliminar cabezas notables de ideas revolucionarias, en condiciones desiguales. Eran ´´los incontrolables´´, aquellos que definió Joaquìn Balaguer en su afán de lavarse las manos como Poncio Pilato, y, como Judas, conocedor de que tenla que cumplir con un rol protagònico, en este caso, el de gobernar en condiciones ´´narigoneadas´´ a las que se había negado Juan Bosch y Gaviño. Balaguer tuvo vocación de poder. ``Arriba aunque sea reguindao´´... Y lograron su propósito, cuando se desacreditó la izquierda debido a la infiltración de personeros de la ´´inteligencia militar´´, esos anti dominicanos que se pusieron del lado de la causa ajena, la misma que se libra hoy de manera hipócrita, la lucha contra el narcotràfico, pues los ideales se acabaron, haciendo una parte, por ser considerado, de nuestras fuerzas armadas, individuos fósiles andantes al servicio de una democracia irreal, mitológica y corrupta.
¡Maldito sea el soldado que utilice su arma y su indumentaria para maltratar a su pueblo...!, algo asì dice Cuco Valoy; ¡Maldito el sectario, el religioso, el mercader, el oficial mercurial, que se quiere casar con una gloria vergonzosa, de bajas pasiones y raleas, derramando sangre de seres que sì poseen las mejores almas...!!!!. ¡Que pena me da el 24 de septiembre, Iglesia!.
¡Oh malditos sectarios!, que casi cinco siglos después, en Santo Domingo, la colonia conquistada y más masacrada, por mayor resistencia, quizás; también corre a chorros la sangre de un insigne joven, erudito y buen guerrero, que luchaba por la libertad de su pueblo: Amìn Abel Hasbun, esta vez sin más virgen que una embajada americana compuesta por blancos de un origen confuso, aunque asociado a diversas etnias blancas, desde italianas, islámicas ,musulmanas y de indios piel roja nativos, todas ortodoxas, que, con el tiempo, hicieron resistencia a sus colonizadores ingleses, logrando una independencia que sometió a sangre y fuego, terror y humillación a las naciones más débiles del hemisferio. Recuerdo que ya habían asesinado otro joven al confundirlo con Amìn, de características similares, débil contextura física, lentes intelectuales, aunque de valor intrínseco inconmensurable.
Le hicieron honor al término ``Guerra Fría´´, por su manera selectiva de eliminar cabezas notables de ideas revolucionarias, en condiciones desiguales. Eran ´´los incontrolables´´, aquellos que definió Joaquìn Balaguer en su afán de lavarse las manos como Poncio Pilato, y, como Judas, conocedor de que tenla que cumplir con un rol protagònico, en este caso, el de gobernar en condiciones ´´narigoneadas´´ a las que se había negado Juan Bosch y Gaviño. Balaguer tuvo vocación de poder. ``Arriba aunque sea reguindao´´... Y lograron su propósito, cuando se desacreditó la izquierda debido a la infiltración de personeros de la ´´inteligencia militar´´, esos anti dominicanos que se pusieron del lado de la causa ajena, la misma que se libra hoy de manera hipócrita, la lucha contra el narcotràfico, pues los ideales se acabaron, haciendo una parte, por ser considerado, de nuestras fuerzas armadas, individuos fósiles andantes al servicio de una democracia irreal, mitológica y corrupta.
¡Maldito sea el soldado que utilice su arma y su indumentaria para maltratar a su pueblo...!, algo asì dice Cuco Valoy; ¡Maldito el sectario, el religioso, el mercader, el oficial mercurial, que se quiere casar con una gloria vergonzosa, de bajas pasiones y raleas, derramando sangre de seres que sì poseen las mejores almas...!!!!. ¡Que pena me da el 24 de septiembre, Iglesia!.