¡Oh madre Patria!,
¡Oh madre tierra!,
estandartes de hoy y siempre,
por la que pare,
por la que cría,
aquella que aunque no es mía,
me da ternura y comprende...
Esa madre que en la escuela,
supera diestra al maestro;
conoce ella tu tormento,
tus improntas y secuelas.
Aquella madre que abuela,
es toda Madre Teresa,
con dulzura de cuan fresa
te da abrigo y te consuela.
Van madres al hospital,
predican allì su aliento,
y madres que en los conventos
son rectitud y decoro,
lo dan todo por el todo
y buscan reivindicar,
confundiéndose entre el lodo
de aquella càrcel fatal.
No podemos soslayar,
aquellas ``madres de leche``,
negras esclavas perennes
en los tiempos medievales,
que alimentaban con creces
a los hijos de los ´´nobles´´,
futuros hombres de historia
que logran amamantar,
con su dulce panacea
de solemne voluntad.
Còmo no he de mencionar
esa madre ya ancianita,
que como la mía,
marchita,
entre el tormento de ayer,
ver a ese hijo crecer
entre el llano y los entuertos;
prefiero soñar que he muerto
y no que Dios me la quita...
¡Oh madre tierra!,
estandartes de hoy y siempre,
por la que pare,
por la que cría,
aquella que aunque no es mía,
me da ternura y comprende...
Esa madre que en la escuela,
supera diestra al maestro;
conoce ella tu tormento,
tus improntas y secuelas.
Aquella madre que abuela,
es toda Madre Teresa,
con dulzura de cuan fresa
te da abrigo y te consuela.
Van madres al hospital,
predican allì su aliento,
y madres que en los conventos
son rectitud y decoro,
lo dan todo por el todo
y buscan reivindicar,
confundiéndose entre el lodo
de aquella càrcel fatal.
No podemos soslayar,
aquellas ``madres de leche``,
negras esclavas perennes
en los tiempos medievales,
que alimentaban con creces
a los hijos de los ´´nobles´´,
futuros hombres de historia
que logran amamantar,
con su dulce panacea
de solemne voluntad.
Còmo no he de mencionar
esa madre ya ancianita,
que como la mía,
marchita,
entre el tormento de ayer,
ver a ese hijo crecer
entre el llano y los entuertos;
prefiero soñar que he muerto
y no que Dios me la quita...