jueves, 27 de noviembre de 2025

EDADISMO

 El Senado, del latín senatus, que significa Consejo de Ancianos, tuvo como fin crear la institucionalidad en las leyes servidas por personas experimentadas. 

De los sabios, por ser mayores, se desprenden ´´las Curias´´ o conjunto de abogados, escribanos, procuradores y empleados de la administración de justicia.

De las curias nacen las curules que hoy ocupan senadores y diputados en la civilización, y de Lores y Comunes en Inglaterra y el llamado Reino Unido; jóvenes en su mayoría que, con honrosas excepciones, son entelequias catapultadas por la partidocracia corrupta.

Hoy, el edadismo ha bajado del trono la majestad de los hombres y mujeres de edad, desde las cortes judiciales, militares, siendo Máximo Gómez, en este último caso, de los pocos ancianos que llevaron a la tumba su dignidad agarrados del cabo del machete.

El cetro católico, símbolo de poder desde las simientes ortodoxas y religiosas de la humanidad, ya descalifica al anciano para continuar el trillo que le conduce a representar a Dios en el Vaticano.

El trabajo honrado y el deber cumplido tienen ausencias de ancianos; sólo caminan arrastrando el morbo de una sociedad humillante, no importa cuanto se maquille, pues, como la pobreza, la vejez se ve de lejos.

¡Mi don! ´´Aún no le han depositado´´... Suele escucharse en los bancos cuando procuran la pensión irrisoria que los convierte en huérfanos de solemnidad.

Finalmente es un premio, para los que vamos caminando pendientes de nuestra vulnerabilidad; adoloridos, quizás, con una carga inmensa que no nos pesa; es un fardo que llevamos a cuesta repleto de dignidad...