Y se rompió el cielo en aguas
como queriendo Dios manifestar
su omnipresencia;
chorros que cantan y encantan
en su serpentear,
invitan al hogar,
a soñar,
a patentizar la vida,
a amar;
Entretienes los rigores del día,
sí, aquellos que se convierten en semanas,
en meses,
en años,
que entorpecen los amores con su daño;
mas,
la noche me dice que hoy me baño,
con tus encantos,
entre el frescor del cerezo
y esas aguas cristalinas,
oportunas,
que adivinan,
la eternidad de tus besos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario