El cabo Jailin Gabriel Batista Ramìrez, F.A.R.D., me prestó un valioso libro titulado ´´EN TIEMPOS DE LOS EMPERADORES RAROS´´, de la autorìa de Ignacio Del Valle, escrito que nos hace reflexionar, después de ponderar el empeño del militar de enseñar su brillo entre sus iguales; que, aun te sientas viviendo un sueño de luces tenues, en un subir y bajar de improntas inusitadas que acorralan, estás en la gloria; no importa sientas el fuego arder de tu pecho a las entrañas, entre la pena, el llanto, lo imprevisto, estás en la gloria; que nada te asombre, que nada te espante, y es que desde tiempos seculares la sangre corría entre la sorna cavernarias hechas coliseos; ¿Si serían misterios siderales, movedores de astros y montañas, ventanas dimensionales y valles encantados?; ortodoxia religiosa que encadena lo sagrado con las bajas pasiones; predicciones que le costaron al mundo millones de seres humanos masacrados, campos de concentraciones, vaho, pestilencias, olor a azufre y fuego, màquinas de hacer muertos, brazos largos que se alargan como espectros cuando sienten el paso de los vivos, el sonido de sus botas, sables, tableteo de metralletas en manos de guripas, soldados y oficiales que se bañaban con sangre, se embriagaban con ella, y la misma no les permitía discernir por qué obedecer a un canibalismo incomprensible de los emperadores raros, dueños del mundo a mitad del siglo XX, drenadores de sangre en nombre de ´´Dios´´.
Hoy, si conozco de estas cosas, debo presumir un Dios más sensato y sentirme en la gloria...